A sus 29, la divertida rubia –creadora del baile del koala y estrella de Fantástica, la revista de Carmen Barbieri– se anima al gran destape del verano. Delgada, audaz y sexy como nunca, cuenta cómo cambió su cuerpo... y su cabeza. “Primero mostré mi corazón; ahora me liberé de prejuicios y muestro mi cola”. Además, asegura que tiene ganas de casarse en el 2011. Con esta producción, candidatos no le van a faltar.

El nuevo cuerpo que luce Rocío (29) es el disparador de la nota. Hablaremos sobre sus secretos, la rutina de ejercicios físicos que siguió –si es que la hubo–, los alimentos que incluye en su dieta, y cómo logró delinear su 1,70 m con perfectos 95-62-92 de contorno, un abdomen súper marcado y nulos rastros de celulitis. Hasta aquí todo muy claro. “Dale, venite a casa y te cuento todo”, sugiere una de las figuras de Fantástica, la revista encabezada por Carmen Barbieri, obra líder de la taquilla marplatense. Pero, curiosamente, minutos después, la protagonista de este enorme conjunto de coqueterías recibe a GENTE... ¡con una medialuna de manteca en la mano! “Es que amo las facturas de la Boston, chicos”, se excusa, en alusión a la clásica confitería.

Rocío festeja su propia picardía y convida a probar. Así, extiende su invitación a una bandeja abierta sobre la mesa, con dos docenas de facturas. La anécdota aporta aún más color a su autodefinición: “La gente me quiere porque sabe que no vendo algo que no soy. Me ven parecida a cualquier chica de barrio. No soy vegetariana ni estudio danza desde el jardín de infantes, pero tengo lo que a muchas les falta”. ¿Carisma, quizá? Aquí suma pistas: “No sé cómo llamarlo, pero el aplausómetro del teatro sigue dando a mi favor”, asegura.

–Vinimos a conocer tus secretos para estar espléndida, Rocío. Pero nos sorprendiste.
–¿Vos decís por la facturita? ¡Tranquila! Todo tiene una explicación. Hace varios meses que me estoy cuidando muchísimo, con una rutina de gimnasia y dieta que me preparó Daniel Meaglia. Pero comer frutita o yogur todos los días es una amargura, así que encontré la medida exacta para disfrutar sin excederme. ¡Que tomen nota las señoras!

–Contanos entonces.
–Al mediodía almuerzo las vianditas que me preparan en Prommesa, el instituto de Daniel, que me las manda a Mar del Plata cada quince días en unas heladeritas. Pero a la tarde me dejan hasta dos medialunas. ¡Es mi permitido! Y a la noche, que terminamos tardísimo y siempre cenamos afuera, mi secreto es comer de todo pero sólo media porción. Poquito pan, cero alcohol, ¡y listo!

–Suena sencillo.
–Sí, pero también hice mucha gimnasia, tres veces por semana. Y ahora trato de salir a caminar día por medio, por lo menos dos kilómetros, con pesitas en los tobillos. Igual, el gran cambio que hice fue interno. Tuve que trabajar mi interior para mostrar mi exterior... A ver: yo siempre tuve buenas curvas. Hice un clic psicológico y eso es lo que se transmite. Por eso ahora se lucen más mis curvas... ¡Mirtha tiene razón!

–¿...?
–“Como te ven te tratan. Y si te ven mal, ¡te maltratan!”. Ahora me ven mucho mejor que antes. No sólo porque baje algunos kilitos y me tonifiqué un montón, sino porque aprendí a aceptarme tal cual soy.

–¿Cómo fue ese proceso?
–Nunca me vi muy linda. Y aunque soy amorosa con el resto de la gente, yo me castigaba un montón. Antes de estrenar Fantástica, por ejemplo, cuando me di cuenta de la exposición que iba a tener, me entró pánico y casi me bajo de la obra. Pero no podía dejar que eso pasara... ¿Sabés qué hice? Agarré la cartilla de mi obra social y me busqué un psicólogo que pudiera empezar a atenderme en Mar del Plata. Me animé, arranqué, y puedo decir que me cambió la vida en quince sesiones. Gracias al psicólogo empecé a mostrar la cola, por ejemplo, sin tanto prejuicio.

–Ahora estás a pleno destape. Imaginamos que ese cambio tuvo sus buenas repercusiones entre los hombres.
–Sí, obvio. Igual, siempre tuve mi levante. Sólo que antes me halagaban los ojos y ahora sumaron otras cositas, ja ja. La gente me ve diferente. Estoy re sorprendida, pero con los pies en la tierra.

–¿Estás con ganas de enamorarte?
–Sí... y también lo trabajo en terapia. Desde siempre, cuando veía que las relaciones venían muy en serio, me corría. O al revés: apostaba a lo vacío, al chanta. Los protegía, me ponía en el lugar de mamá de ellos. Me terminaba aburriendo. Ahora busco otra cosa.

–Lancemos el identikit de tu candidato, entonces.
–¡Dale! Me encantaría un hombre que me sepa acompañar en lo mío. Porque aunque me re enamore, mi objetivo es ser una número uno en mi trabajo, y no renuncio a eso por nadie. Después, soy bastante machista: quiero un tipo protector, sanamente celoso, que esté muerto de amor. Soy una chica común, muy clásica en el fondo.

–Hace poco te involucraron con un productor casado.
–Nunca en mi vida estuve con un hombre casado; no me va. Soy soltera, joven, independiente: yo sumo. No quiero un hombre que sea un problema, ni que me use. Y no soy gato, como tantas en este ambiente... Evitemos dar nombres.

–Okey, volvamos a lo nuestro: ¿es cierto que te gustaría casarte pronto?
–La verdad que sí, ja ja. No tengo pareja todavía, pero por cálculos de trabajo y contrato me encantaría casarme el año que viene. Mirá... Vos reíte, pero quién te dice que la Ley de Atracción funciona... Y, como van las cosas, al vestido de novia voy a llegar hecha una diosa.



Por Mariel Fuentes. Fotos: Christian Beliera.

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