Sarah Brander -novia del alemán Bastian Schweinsteiger-, Bethany Dempsey -esposa del volante estadounidense Clind Dempsey-, Melissa Sata -novia del ex atacante del Atlético de Madrid Christian Vieri- y Abbey Clancy –pareja de Peter Crouch- realizaron una serie de fotografías y videos que se podrán ver tanto en las revistas como en la página web de la conocida Sport Illustrated.

El motivo de las imágenes es el Mundial de Sudáfrica, que comenzará a disputarse en menos de cuatro meses.

Como ya es un clásico, Sport Illustrated impresiona con sus trabajos fotográficos, tomando como tapa a las modelos y a las mujeres más hermosas.

En este caso, se eligió a cuatro bellezas vinculadas al fútbol de más alto nivel.

A todas ellas se les pintó el cuerpo con distintos colores.






Camino al Oscar. A los 45, la actriz vive su mejor momento: ganó un Golden Globe, fue premiada por sus colegas en los SAG Awards, el público la eligió como mejor actriz del año y ahora va por el premio máximo de la Academia de Hollywood: el Oscar. La noticia es que deslumbra por primera vez como actriz dramática y también los críticos se lo reconocieron. Es la mejor paga de la industria y nunca antes estuvo tan cerca de la estatuilla dorada.






Dueña de un cuerpo impactante, la modelo y conductora explica los secretos para lucir tan bella, habla de la intimidad de su relación con el cantante Diego Torres y critica a un grupo de la nueva generación de modelos, que muestran todo con tal de figurar.


Esta nota comenzó a escribirse exactamente el viernes 15 de enero, cuando GENTE realizó la Súper Fiesta de Punta del Este. Para hacerla corta, esa noche la mayoría de los hombres –y muchas mujeres también– presentes en el hotel Conrad coincidieron en que el cuerpo más impresionante de la velada fue el de Debora Bello (33), pareja del cantante Diego Torres (38) y modelo del staff de Leandro Rud. “¿Se hizo algo?”. “¿Cómo hace para estar tan bien?”. “Está re buena”. “¡Qué pedazo de mujer!”. Esos fueron algunos de los comentarios de los asistentes. (Los que se pueden publicar, claro. Los otros... usted los imagina).

Ahora la tenemos frente a frente en un amanecer soñado en Cariló. Le informamos el motivo de esta producción. Y también le contamos los piropos (para ella, obvio) que fuimos recolectando desde aquella célebre madrugada en Uruguay. Ella se ríe y dice: “¿Es cierto todo lo que me decís? La verdad, es un reconocimiento muy grande que entre tantas se hayan fijado en mí. Además, es muy bueno que no sólo lo digan los hombres, sino también las mujeres, que a veces solemos ser competitivas y preferimos callarnos y no destacar a otra chica. Estoy sorprendida y muy halagada”.

–Ahora cuente: ¿qué hace para estar así? ¿Vive con los electrodos conectados a su cola?
–Nooo, para nada. Mirá, te confieso que muero por las pastas. Cuando me siento a comer, ataco la panera. Y me doy mis ricos gustos.

–Pensé que era de las que se la pasan a lechuga y agua.
–No te voy a negar que como sano, que me cuido pero, cuidado, no pongo en juego mi salud por estar flaca. Conozco gente que no le pone aceite a la ensalada para no engordar, lo cual me parece una pavada. Hay que saber disfrutar de la vida.

–¿Tampoco cuida sus elogiadas curvas en el gimnasio?
–Soy bastante fiaca, pero hago actividad física. Me encanta el deporte. Prefiero transpirar la camiseta, y me ayuda mucho la genética. Me hice algún drenaje linfático, uso cremas... Pero no más que eso. También probé con las famosas plataformas vibradoras, como wave y power plate. Igual, no soy constante, varío mucho.

–¿Y cómo es la competencia con las chicas muy jóvenes que, al parecer, no tienen problema en posar o desfilar casi desnudas?
–¡¿Viste?! Algunas se animan a todo, pese a que en muchos casos les cuesta definir su personalidad. Y bueno... Cada uno elige dónde prefiere salir. Yo cuido mi imagen, elijo el medio, el desfile o la publicidad para la cual presto mi cuerpo. Muchas, por superar a otras, siguen esta tendencia o corriente de mostrar todo. A mí me parece que tanto, empalaga, y que lo mejor es sugerir. Está bueno dejar algo oculto en beneficio de la imaginación. Yo sé lo que doy. Y me hago cargo de que vendo una imagen muy sensual. Una buena modelo debe tener coraje y actitud, pero si no se esfuerza para tratar de ser la mejor, nada sirve. Esta no es una carrera fácil, como muchas se la imaginan. Están equivocadas. Cualquiera puede desfilar. Ahora, de ahí a que lo haga bien, hay una distancia enorme.

–Los hombres envidian sanamente al gran beneficiario de esta pulposa actualidad suya: Diego Torres.
–Ja, ja, ja. Pero como es muy querido, zafa ¿no? Diego es un divino. Llevamos seis años de una atrapante y consistente relación. Somos los dos muy estables. Lo logramos en base a tiempo y confianza.

–¿Seis años ya? ¿Y la boda para cuándo?
–Siempre sale el tema, pero yo contesto que tenemos un compromiso mutuo desde que compartimos nuestro amor. Eso nos basta. El es el hombre de mi vida. ¿Qué más querés que te diga?

–¿Y cómo hacen para mantener ese amor que a veces separan las distancias, ya que él viaja mucho por su profesión?
–Es un secreto que no pienso contar, ja, ja. No te creas que estamos tanto tiempo separados: pasamos la mayor parte juntos. Yo también viajo mucho, lo acompaño, me encanta.

–¿Todavía siente pasión por la pasarela o está un poquito harta de la profesión de modelo?
–No, nada harta. Me encanta ser modelo, lo disfruto. Cada vez que desfilo siento que la gente me quiere, me respeta. Eso se nota. También me apasiona la conducción. Hasta hace poco hice Verano Fox Sports, antes Tendencia... Creo que por ahí va mi actualidad, y mi futuro. Incluso hice cursos de teatro lúdico.

–¿No la tentaron con ser actriz o ponerse las plumas?
–Sí. Más con el teatro de revistas... Pero siento que no es lo mío. Igual, tengo mucho para aprender, no descarto nada. La conducción es donde percibo que me voy asentando mejor. Es lo que más me agrada. Me gratifica y creo que lo hago bien. Aunque, ojo: no me pienso retirar de la pasarela. Creo que tengo mucho para dar ahí... Y ahora que sé que me eligieron como uno de los mejores cuerpos, más todavía, ja, ja.
fuente: gente Por Miguel Braillard. Fotos: Maximiliano Vernazza y Diego Soldini.






Es una de las actrices más llamativas de la serie de suspenso "Fringe". Pero la australiana Anna Torv, alias Olivia Dunham, no se luce sólo con sus dotes histriónicas. También tiene su costado sexy, y lo mostró en la revista Esquire en una producción reveladora durante la que pensó todo el tiempo "mierda, necesito una menta".

"No es que esté avergonzada de mis pechos, es que hay partes de tu cuerpo que no querés que estén expuestas", explicó a la revista Torv, de 31 años. "Al mismo tiempo querés que salgan bien las fotos, y durante todo el tiempo estás pensando 'mierda, necesito una menta'", aseguró.

Torv no se asumió como una mujer que pueda intimidar a los hombres, ya que no le hablan cuando están nerviosos... aunque admitió que "quizás los chicos no me hablan porque están nerviosos". De hecho, reconoció que las lágrimas de un hombre la comnueven más que las de una mujer.

"Es algo tan raro, que es un signo, como decir 'tomáme, ésto es lo que soy y a dónde estoy'", señaló la rubia, quien interpreta a una agente del FBI en la serie creada por J. J. Abrams (Los, Alias), Alex Kurtzman y Roberto Orci.






Lejos de los típicos bombones y rosas, cada día son más las mujeres que en el día de San Valentín buscan sorprender a su pareja con algo diferente, como una sensual sesión fotográfica al estilo "pin up".

A pesar de que este movimiento tiene casi sesenta años, no pasa de moda y muchas mujeres se sienten atraídas por las imágenes de chicas sonrientes y con aire provocativo que dieron colorido a los anuncios y calendarios de la década de los años 50.

En una fecha tan señalada como el 14 de febrero, donde el amor y el erotismo se mezclan en partes iguales, estudios como "Terribly Girly", en Miami, se ven desbordados por las peticiones de mujeres que buscan algo "subido de tono" para la ocasión y que no tienen complejos para ponerse delante de una cámara ofreciendo su lado más sexy.

"En la época de San Valentín las muchachas quieren dar regalos a sus parejas o a sí mismas. La fotografía de tipo pin up es un buen regalo", explicó Janette Valentine, fotógrafa.

Ginelle Lago es una de esas jóvenes que busca dar una sorpresa a su enamorado con unas fotografías para el Día de San Valentín. Antes de ponerse en manos de la peluquera, Ginelle revisa el vestuario y las diferentes opciones para su caracterización.

Primero le aplican una plancha para el pelo y luego es maquillada: delineador en los ojos, pestañas postizas y un lápiz labial rojo como corresponde a toda "pin up".

Tras el maquillaje entra de nuevo en acción la peluquera para terminar el peinado con unas extensiones rosas coronadas por un gorrito. "Normalmente el maquillaje y el peinado son distintos pero bien clásicos, se demoran una hora y media y la fotografía como unos treinta minutos", calcula Janette.

Cuando la cliente se viste para posar delante de la cámara se produce la prueba de fuego para evaluar la labor llevada a cabo.



En el estudio se preparan los flashes y el decorado, que se compondrá de un fondo rosa y unos corazones de cartulina con mensajes escritos en su interior. Es entonces cuando del vestuario sale Ginelle con un vestido y unos zapatos rojos dispuesta a darse los últimos retoques.

"Se ponen nerviosas al principio, pero se sienten más cómodas cuando se ven peinadas y maquilladas. Cualquier mujer se lo puede hacer si se siente segura de sí misma y quiere hacer algo distinto", agregó.

Al comenzar la sesión fotográfica, Ginelle sigue al pie de la letra las instrucciones de Valentine que le piden una sonrisa, que levante una pierna o que ponga cara de asombro. La clienta se desenvuelve bien y con total naturalidad.

"Pensé que es algo bonito y original. Un buen regalo para mi novio con motivo de San Valentín", afirma Ginelle orgullosa de verse tal como había imaginado.