PARA ALENTAR A LA SELECCIÓN PENSAMOS EN GRANDE: SEÑORES Y SÓLO SEÑORES: LULI POP. A DISFRUTAR.(LA REVISTA HOMBRES POR EL MUNDIAL)






“No sería botinera: los futbolistas son todos iguales”

El jueves llegó a Johannesburgo -en el mismo vuelo viajaban ocho barrabravas– para disfrutar de su primer Mundial. Antes de cada partido será la anfitriona del Bar Móvil de Quilmes, que sigue a la selección por toda Sudáfrica. Luego promete estar cerquita de la Selección. Se anima a aventurar un pronóstico, postula a su capitán ideal, elige a los más lindos y arriesga: “Messi será la gran estrella”



La producción de fotos, planeada para las ocho del viernes 11, estaba por sufrir algunos cambios. Primero, porque el cielo sudafricano amaneció cerrado, mostraba un gris cargado y amenazaba terminar en diluvio. Pero nada de esto sucede. A las diez el sol se luce y la temperatura trepa a 20 grados. ¿Problema resuelto? No, hay más.
Pamela David llegó el jueves 10 para ser la anfitriona del Bar Móvil Quilmes. “Es un orgullo, porque vengo al Mundial en representación de todas las argentinas”, asegura. Confiesa que al llegar firmó autógrafos en el propio aeropuerto. “¡No lo podía creer! ¡Me bajé del avión y enseguida comenzaron a saludarme y a pedirme fotos y autógrafos!”, dice. No aclara si los pedidos eran de argentinos que venían en el mismo vuelo o de sudafricanos que trabajan en el aeropuerto. Pero no todo fue color de rosa.

El primer incidente se produjo cuando el charter llegó al aeropuerto Oliver Reginald Tambo. Todos los pasajeros fueron demorados porque en ese vuelo viajaban ocho Barrabravas y Migraciones extremó las medidas de seguridad. El segundo problema llegó a la medianoche cuando, ya instalada en su habitación del quinto piso del hotel Protea Balalaika, apagó las luces para dormir. Aunque el reloj marcaba otra cosa, su reloj biológico le decía que seguía con su horario argentino, es decir, las 7 de la tarde. ¿Conclusión? Recién a las 5:30 de la mañana pudo pegar un ojo...

A las 11, la morocha infartante de ojos verdes estaba parada en el lobby para partir rumbo a uno de los descampados más característicos del lugar. Pero el debut de los Bafana Bafana (así le dicen al equipo sudafricano) ante México colapsó la ciudad. ¡Dos horas para hacer cinco cuadras! Cualquier desvío era un caos y la sensación es que el calvario se dará en Johannesburgo ante cada partido importante.

Pero a Pamela nada parece preocuparle. Se divierte mirando el color del camino y a los sudafricanos, que no paran un segundo de hacer sonar sus vuvuzelas. “No importa si tardamos todo el día. Vine para estar cerquita de la Selección y me siento una privilegiada. Lo único que extraño es a Felipe, mi hijo de tres años. Por eso, después del segundo partido vuelvo a la Argentina para verlo”, confiesa Pamela. Ahí nomás, en el auto, en medio del caos de la autopista, arranca la nota.

–¿Cómo te propusieron venir a Sudáfrica?
–¡No lo podía creer! Me llamó Quilmes y me dijo que me habían elegido para ser la cara de la marca en el Mundial. Al principio les dije que sí... Después se complicó bastante, porque tuve que arreglar con América un permiso especial en Animales sueltos. Además, tenía que explicarle a mi hijo que me iba a ir por tantos días.

–¿Sos futbolera?
–Muchísimo. Soy hincha de River. Vivo muy cerquita del Monumental y cada tanto voy a la cancha con Felipe. Antes íbamos más seguido, pero cuando comenzaron las peleas con los barras adentro de la cancha me dio miedo.

–Y apenas llegás acá te demoran en el aeropuerto por los barras que viajaban en tu avión...
–¡Tremendo! El fútbol argentino está bastante complicado con ese tema. No me sorprende que hayan venido hasta acá. Leí que algunos trabajan en el Congreso. Entonces, se pueden pagar el pasaje hasta acá.

–Recién decías que viniste para estar cerquita de nuestro equipo. ¿Vas a pasar por la concentración argentina en Pretoria?
–No creo. Los días de partido voy a estar en el Bar Móvil con los hinchas, y después haciendo fuerza en la cancha.

–¿Te animás a un ping pong sobre la Selección?
–Dale, preguntá.

–¿Quién te gustaría de capitán?
–Verón. Tiene experiencia y puede conducir al grupo.

–¿La figura?
–Le tengo una fe ciega a Lionel Messi. Va a ser la estrella de este Mundial.

-¿Quién es para vos el jugador más sexy?
–No quiero opinar sobre eso porque después leen la nota, te llaman por teléfono y te preguntan: “¿Es verdad que te parezco atractivo?”.

–¿Te llaman mucho?
–Y... Alguno que otro llama...

–¿Y...?
–Les explico que era la respuesta de una nota.

–¿Todos entienden?
–Y si no, les corto el teléfono. No sería botinera: los futbolistas son todos iguales.

–¿En qué sentido?
–Te conocen con tu trabajo, de pollerita corta, y eso les gusta. Pero a los pocos meses de convivencia comienzan a cuestionarte cómo te vestís. Después te quieren encerrar en la casa, para que seas un ama de casa y te crezca el culo.

–¿No te ves viviendo en Europa y manejando una Ferrari?
–No. Si algún día compro un auto así será el fruto de mi trabajo. No me gusta que el hombre me mantenga.

–Al final no contestaste la pregunta inicial... ¿Hay algún jugador de la Selección que te parezca atractivo?
–¡Con la camiseta celeste y blanca todos lo son! Pero si tengo que elegir me quedo con Verón, el Pipita Higuaín y Walter Samuel.

–¿Estás dudando?
–Sí, porque también me gusta un poco el Kun Agüero. Es el más natural de todos.

–¡Justo la pareja de Gianinna, la hija de Maradona...!
–Los hombres me gustan así, con pinta de machitos. Los que se la pasan mirándose al espejo o usan muchas cremas, en mi cama no duermen.

–¿Arriesgás un pálpito?
–Al equipo argentino lo veo campeón del mundo. Le tengo una fe ciega a Diego.
fuente: gente
Por Sergio Oviedo. Fotos: Alejandro Carra