Dueña de un cuerpo impactante, la modelo y conductora explica los secretos para lucir tan bella, habla de la intimidad de su relación con el cantante Diego Torres y critica a un grupo de la nueva generación de modelos, que muestran todo con tal de figurar.


Esta nota comenzó a escribirse exactamente el viernes 15 de enero, cuando GENTE realizó la Súper Fiesta de Punta del Este. Para hacerla corta, esa noche la mayoría de los hombres –y muchas mujeres también– presentes en el hotel Conrad coincidieron en que el cuerpo más impresionante de la velada fue el de Debora Bello (33), pareja del cantante Diego Torres (38) y modelo del staff de Leandro Rud. “¿Se hizo algo?”. “¿Cómo hace para estar tan bien?”. “Está re buena”. “¡Qué pedazo de mujer!”. Esos fueron algunos de los comentarios de los asistentes. (Los que se pueden publicar, claro. Los otros... usted los imagina).

Ahora la tenemos frente a frente en un amanecer soñado en Cariló. Le informamos el motivo de esta producción. Y también le contamos los piropos (para ella, obvio) que fuimos recolectando desde aquella célebre madrugada en Uruguay. Ella se ríe y dice: “¿Es cierto todo lo que me decís? La verdad, es un reconocimiento muy grande que entre tantas se hayan fijado en mí. Además, es muy bueno que no sólo lo digan los hombres, sino también las mujeres, que a veces solemos ser competitivas y preferimos callarnos y no destacar a otra chica. Estoy sorprendida y muy halagada”.

–Ahora cuente: ¿qué hace para estar así? ¿Vive con los electrodos conectados a su cola?
–Nooo, para nada. Mirá, te confieso que muero por las pastas. Cuando me siento a comer, ataco la panera. Y me doy mis ricos gustos.

–Pensé que era de las que se la pasan a lechuga y agua.
–No te voy a negar que como sano, que me cuido pero, cuidado, no pongo en juego mi salud por estar flaca. Conozco gente que no le pone aceite a la ensalada para no engordar, lo cual me parece una pavada. Hay que saber disfrutar de la vida.

–¿Tampoco cuida sus elogiadas curvas en el gimnasio?
–Soy bastante fiaca, pero hago actividad física. Me encanta el deporte. Prefiero transpirar la camiseta, y me ayuda mucho la genética. Me hice algún drenaje linfático, uso cremas... Pero no más que eso. También probé con las famosas plataformas vibradoras, como wave y power plate. Igual, no soy constante, varío mucho.

–¿Y cómo es la competencia con las chicas muy jóvenes que, al parecer, no tienen problema en posar o desfilar casi desnudas?
–¡¿Viste?! Algunas se animan a todo, pese a que en muchos casos les cuesta definir su personalidad. Y bueno... Cada uno elige dónde prefiere salir. Yo cuido mi imagen, elijo el medio, el desfile o la publicidad para la cual presto mi cuerpo. Muchas, por superar a otras, siguen esta tendencia o corriente de mostrar todo. A mí me parece que tanto, empalaga, y que lo mejor es sugerir. Está bueno dejar algo oculto en beneficio de la imaginación. Yo sé lo que doy. Y me hago cargo de que vendo una imagen muy sensual. Una buena modelo debe tener coraje y actitud, pero si no se esfuerza para tratar de ser la mejor, nada sirve. Esta no es una carrera fácil, como muchas se la imaginan. Están equivocadas. Cualquiera puede desfilar. Ahora, de ahí a que lo haga bien, hay una distancia enorme.

–Los hombres envidian sanamente al gran beneficiario de esta pulposa actualidad suya: Diego Torres.
–Ja, ja, ja. Pero como es muy querido, zafa ¿no? Diego es un divino. Llevamos seis años de una atrapante y consistente relación. Somos los dos muy estables. Lo logramos en base a tiempo y confianza.

–¿Seis años ya? ¿Y la boda para cuándo?
–Siempre sale el tema, pero yo contesto que tenemos un compromiso mutuo desde que compartimos nuestro amor. Eso nos basta. El es el hombre de mi vida. ¿Qué más querés que te diga?

–¿Y cómo hacen para mantener ese amor que a veces separan las distancias, ya que él viaja mucho por su profesión?
–Es un secreto que no pienso contar, ja, ja. No te creas que estamos tanto tiempo separados: pasamos la mayor parte juntos. Yo también viajo mucho, lo acompaño, me encanta.

–¿Todavía siente pasión por la pasarela o está un poquito harta de la profesión de modelo?
–No, nada harta. Me encanta ser modelo, lo disfruto. Cada vez que desfilo siento que la gente me quiere, me respeta. Eso se nota. También me apasiona la conducción. Hasta hace poco hice Verano Fox Sports, antes Tendencia... Creo que por ahí va mi actualidad, y mi futuro. Incluso hice cursos de teatro lúdico.

–¿No la tentaron con ser actriz o ponerse las plumas?
–Sí. Más con el teatro de revistas... Pero siento que no es lo mío. Igual, tengo mucho para aprender, no descarto nada. La conducción es donde percibo que me voy asentando mejor. Es lo que más me agrada. Me gratifica y creo que lo hago bien. Aunque, ojo: no me pienso retirar de la pasarela. Creo que tengo mucho para dar ahí... Y ahora que sé que me eligieron como uno de los mejores cuerpos, más todavía, ja, ja.
fuente: gente Por Miguel Braillard. Fotos: Maximiliano Vernazza y Diego Soldini.

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