Tiene 27 años y hace ocho que triunfa como cantante y actriz en Italia, donde forjó una carrera de alto vuelo. Instalada por un tiempo en Buenos Aires –filmará Cenicienta 2000, una coproducción argentino-italiana–, confía que ya sueña con el estrellato en su tierra, y asegura que el macho criollo es “más piropeador” que el europeo. ¿El secreto de su belleza? “Largar los electrodos... ¡y salir a bailar!”, dice.


Sinéad O’Connor le escribió un tema para que lo hiciera propio en uno de sus discos. La mismísima Mercedes Sosa bendijo su garganta con una caricia, y le aconsejó: “Cuidá muy bien esa voz maravillosa, jovencita”. Cuando la conoció, el mega-star de Hollywood George Clooney no podía comprender cómo una mujer tan atractiva podía cantar tan bello, y la contrató como artista exclusiva para una velada privada en Venecia. Leonardo DiCaprio (sí, sí, leyó bien, ¡el mismo de Titanic!) le acercó personalmente su admiración. En Italia, en tanto, donde hace base desde hace ocho años, la comparan tanto con Madonna como con... ¡Maradona! Pero esto último sólo en cuanto a su popularidad, desde ya. Es que Notre Dame de Paris, el musical que la lanzó a la fama, fue visto por 6 millones de espectadores en toda Europa. ¡Y hay más! Porque el polémico primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, también se deslumbró ante sus encantos... vocales. Sin embargo, para buena parte del público argentino, Lola Ponce (27 años, cantante, actriz y modelo, en ese orden) sigue siendo un precioso enigma a descifrar. Y en tren de tanto misterio ella no deja de cautivar.

Por estos días, su agenda le deparará un mes y medio en Buenos Aires, donde arrancó con el rodaje de Cenicienta 2000, una coproducción argentino-italiana a la que también le pondrá banda de sonido de propio sello. Así, la santafesina oriunda de Capitán Bermúdez (a 15 kilómetros de la ciudad de Rosario) buscará en su propia tierra una porción de la gloria que ya conquistó en buena parte del globo. Enorme oportunidad, entonces, para conocer a esta tremenda ragazza –¡de sangre criolla!– que brilla en el mundo.

“Mi país es mi país, y siempre supe que podía volver cuando quisiera. Pero cuando se me abrió la posibilidad de triunfar en Europa, no pude rechazarla. Ese tren pasa sólo una vez, por eso lo elegí. Y como soy una guerrera, me animé. Me pasaron cosas maravillosas... Cuando gané mi premio en el último Festival de San Remo sentí que no lo ganaba sólo yo, sino que era de todos los argentinos. Y me puso más orgullosa todavía saber que, en 58 ediciones, fui la primera extranjera en ser consagrada”, detalla.

–¿Qué es lo que más extrañás de tu tierra?
–¡Extraño muuuuuucho el asado! ¡Y los chinchulines! Cada vez que vengo a visitar a mi familia, saben que me tienen que preparar asado con todas las achuras... También me dan nostalgia las reuniones de mate con amigas. En Italia siguen viendo el mate como algo raro. ¡Hasta tengo mis ideas para desarrollarlo allá, ja ja!

–Conociste a DiCaprio y a George Clooney. ¿Quién te pareció más sexy?
–Me fijo más en la inteligencia y en el humor… ¡En serio, no te rías! Los dos son maravillosos. Uno es Titanic y el otro el look rebelde. Con George tengo una relación más estrecha, porque fui anfitriona en una gala de él. Sin embargo soy cero cholula, ¿sabés? ¡Les impacta más a mis amigas que a mí! Igual, son guapísimos, obvio.

–Más allá de algunas intermitencias, hace cinco años que estás en pareja con el abogado italiano Manuel Malenotti. ¿Qué proyectos tienen?
–En esta etapa decidí ser autora de mis canciones, y prefiero empezar a contar mi intimidad desde la música. Quiero callarme más... El corazón siempre late, obvio. Lo único que puedo decirte es que es una historia de cinco años… con todos sus pro y sus contra.

–Ajá... ¿Y qué letra pintaría mejor este momento?
–La canción ¿Por qué?, que habla sobre lo difícil que es la comunicación entre el hombre y la mujer. Somos universos paralelos, completamente distintos. Sin embargo... (canta) “¿por qué yo no puedo vivir sin tu piel?”. ¡Hay una unión que no podemos explicar!

–En la tapa de Desnuda, tu nuevo disco, hacés gala del título... ¿Te sentís cómoda con tu cuerpo?
–Me siento plena. He madurado todas las inseguridades que podía tener. La belleza es mi espíritu, lo que más cuido y protejo. Pero ojo: no me siento hermosa.

–¿Perdón...?
–¡Te juro! Lo que más gusta de mí no está a la vista. No me detengo en la belleza externa: es muy relativa. Nunca hice tratamientos de belleza. Tengo incorporado el baile, cuatro o cinco horas por semana, y nada más.

–O sea que el consejo sería largar los electrodos y salir a la pista.
–¡Totalmente! ¡Hay que desenchufarse! A mí me da mucho resultado, y exalta todas las curvas. En lo que sí caigo es en las cremas. ¡Me encantan!

–Sos una de las mujeres más deseadas de Italia. Hasta te comparan con Mónica Bellucci. ¿Cómo te trata el hombre italiano? ¿Es muy diferente al macho argentino?
–No soy una gran experta, je. Pero el argentino es más pasional. Si te ve linda, te lo dice sin vueltas. El italiano no. Te lo hace saber, pero no es un gran piropeador. Quizá es más machista y controlador, eso sí. ¡Pero a mí nunca me han controlado!

–En la Argentina, muchas modelos y vedettes famosas son objeto de deseo de los futbolistas...
–Ja ja ja... ¡En Italia también ! Pero no es mi caso, eh. Los jugadores no me han buscado. Estoy fuera del círculo de las botineras. Además, no frecuento discotecas. Me ven en un escenario... y no me ven más.

–¿Dejarías todo por amor?
–Noooo... Yo sólo dejo lo que no me sirve, las cosas inútiles de la vida. No me gusta perder el tiempo.

–¿Sos enamoradiza?
–¡Cero! Me he enamorado muy pocas veces en mi vida. Y cuando pasó, fue “colpo di fulmine” (a primera vista), como dicen en Italia. Y en esos casos fueron relaciones bien largas. En el amor soy muy liberal e idealista, pero no he tenido muchos novios.

–Por último, Lola: ¿para cuándo un Gran Rex o incluso un Luna Park?
–Ja ja ja... ¡Ya pasará! Las frutas se comen cuando están maduras. Caen solas. Estoy con muchas ganas de empezar a desarrollar mi carrera en Argentina y Latinoamérica. Y creo que 2010 puede ser un buen comienzo.


Fuente: gente Por Mariel Fuentes. Fotos: Santiago Turienzo.

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